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.Manteniéndolos con una concentración tan pura como la que utilizo cuando atravieso laSombra, conduje a Star hasta la puerta.Luego, me volví y eché un último vistazo alinmovilizado grupo mientras empujaba a Star delante mío para que subiera las escaleras.Cuando lo seguí, escuché atentamente, pero no capté ningún sonido que me indicara quese había reanudado la actividad ahí abajo.Cuando salimos de la cueva, el amanecer ya comenzaba a iluminar el este.De maneraextraña, cuando monté, escuché el sonido de los violines.Momentos después, las gaitasse unieron a la melodía.Era como si no importara en lo más mínimo si fracasaban otenían éxito sus planes de atacarme; la fiesta continuaría.Cuando me dirigía al sur, una figura pequeña me hizo señas desde el portal por el quesalí momentos antes.Era el hombrecito con el que estuve bebiendo, su jefe.Tiré de lasriendas para captar mejor sus palabras. ¿Y hacia dónde os encamináis?  gritó.¿Por qué no? ¡Hasta los confines de la Tierra!  grité yo en respuesta.Comenzó a danzar sobre su despedazada puerta. ¡Qué os vaya bien, Corwin!  me deseó.Me despedí con la mano.¿Y, sinceramente, por qué no? A veces es tremendamentedifícil distinguir al danzante de la danza.VI No había cabalgado ni mil metros hacia el sur, cuando todo se detuvo.suelo, cielo,montañas.Me enfrenté a una lámina de luz blanca.Recordé al extraño de la cueva y suspalabras.Había tenido la impresión de que el mundo se borraba por la tormenta, deacuerdo con una leyenda apocalíptica de la región.Y tal vez fuera así.Quizá eran lasondas del Caos de las cuales habló Brand, que avanzaban hacia aquí, destruyendo ydislocando todo a su paso.Pero esta parte del valle estaba intacta.¿Por qué se salvaría?Yo había manipulado la tormenta.Utilicé la Joya, el poder del Patrón en su interior,para que ésta pasara de largo.¿Y si se trataba de algo más que una tormenta normal? ElPatrón ya había triunfado sobre el Caos antes.¿Acaso este valle donde yo detuve la lluviase había convertido en la única isla en un océano de Caos? Y, en ese caso, ¿cómo podríacontinuar?Miré hacia el este, donde nacía el día.No había ningún sol nuevo en el cielo, sino unagran y cegadora corona bruñida, una resplandeciente espada que pendía de él.Desdealgún lugar me llegó el canto de un pájaro, eran unas notas muy parecidas a unacarcajada.Me incliné hacia adelante y me cubrí el rostro con las manos.Locura.¡No! Había estado en sombras extrañas antes.Cuanto más lejos viajaras, máspeculiares se volvían a veces.Hasta que.¿Qué fue lo que pensé aquella noche en Tir-na Nog'th?Me vinieron a la mente dos líneas de un cuento de Isak Dinesen, párrafos que mehabían llegado de tal manera que los memoricé, a pesar de que en ese momento yo eraCari Corey: «.Poca gente puede decir que está libre de la creencia de que este mundoque ven a su alrededor no es la creación de su propia imaginación.¿Entonces nossatisface, estamos orgullosos de él?» Es el resumen perfecto del pasatiempo filosóficofavorito de la familia.¿Creamos nosotros los mundos de Sombra? ¿O están allí,independientes de nosotros, esperando que entremos en ellos? ¿O acaso existe untérmino medio injustamente desplazado? ¿Es un asunto de más o menos en vez de unode y dos? Repentinamente, surgió en mi interior una risa seca cuando me di cuenta deque tal vez nunca conocería la respuesta.Pero, tal cómo pensé aquella noche, hay unlugar donde el Yo acaba, un lugar donde el solipsismo deja de ser la respuesta plausiblepara los mundos que visitamos y las cosas que encontramos.La existencia de este lugar,de estas cosas, indican que, por lo menos, hay una diferencia.Y si ese era el lugar,quizás también se proyectara de regreso a través de nuestras sombras, suministrándolesdicha información y trasladando a nuestros egos de regreso a un escenario más pequeño.Tuve la sensación de que éste era uno de esos lugares, donde el «¿Entonces nossatisface, estamos orgullosos de él?», no tenía por qué aplicarse de la manera en quepodía ser válido para el dividido valle de Garnath y mi imperante maldición en lascercanías de nuestro hogar.Sin importar qué era lo que yo creía, sentí que estaba apunto de entrar en una tierra dominada completamente por el no-yo.Mis poderes sobre laSombra tal vez quedaran anulados más allá de este punto.Me erguí y entrecerré los ojos tratando de ver algo a través de ese resplandor.Le dijeunas palabras tranquilizadoras a Star y sacudí las riendas.Durante un momento, tuve la sensación de que entrábamos en la niebla, una nieblabrillante y en la que no se escuchaba ningún sonido.Entonces, comenzamos a caer.No sé si caíamos o nos movíamos a la deriva.Pasada la sorpresa inicial, era difícildistinguirlo.Al principio, pareció como si descendiéramos.tal vez debido a que Star seasustó, encabritándose.Pero, como no había nada contra lo que patear, transcurrido unrato se quedó quieto, a excepción de su respiración agitada y los temblores que recorríansu cuerpo.Cogí las riendas con la mano derecha y la Joya con la izquierda.No sé qué proyecté ocómo llegué a su interior, exactamente no lo sabré nunca, pero lo que quería era uncamino que me sacara de ese lugar de brillante vacío, donde pudiera reanudar una vezmás mi viaje hasta el final. Perdí el sentido del tiempo.La sensación de caída desapareció.¿Nos movíamos o,simplemente, flotábamos? No estaba seguro.¿Era ese resplandor realmente unresplandor? Y el silencio mortal.Sentí un escalofrío.Me embargaba una ausenciasensorial peor que en los días de mi ceguera, allí en mi vieja celda.No había nada.nisiquiera el sonido de un rata escurriéndose, ni el chirrido de la cuchara contra la puerta; nihumedad ni frío, tampoco texturas.Continué la búsqueda.Un destello.Parecía haberse producido una ruptura momentánea en el campo de la visión a miderecha, casi subliminal por su brevedad.Proyecté mi mente y no sentí nada.Había sido tan fugaz, que no pude asegurar que hubiera sido real.Bien pudo ser unaalucinación.En ese momento surgió otra vez, ahora a la izquierda.No logré determinar quéintervalo de tiempo transcurrió entre las dos.Entonces escuché una especie de gruñido, sin localización fija.Este fenómeno tambiénfue muy breve.Lo siguiente que apareció  y tuve la certeza de que por primera vez fue un paisajegris y blanco como la superficie de la luna.Duró unos segundos, en una pequeña zona ala izquierda de mi alcance visual.Star bufó.A mi derecha, cobró forma un bosque inclinado  gris y blanco , como si noscruzáramos en un ángulo imposible.Un pequeño fragmento que duró menos de dossegundos.Luego surgieron fragmentos de un edificio en llamas debajo mío.incoloros.Y, desde arriba, unos gemidos entrecortados.Una montaña fantasmal, por cuya cara más cercana subía una procesión conantorchas por un sendero lleno de baches.Una mujer que colgaba de la rama de un árbol, tensa la cuerda alrededor del cuello,con la cabeza doblada a un lado y las manos atadas a la espalda.Montañas invertidas, blancas; negras nubes flotando debajo.Click [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

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